Lo que se necesitó para llegar a mí.

Imagen de Unsplash

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Me tomó admitir que he tenido expectativas innecesarias para mí y para los demás para llegar a mí.

Me tomó comprender que la lujuria y los enamoramientos no son amor real, para llegar a mí.

Me tomó estar en paz conmigo mismo, para llegar a mí.

Me tomó dejar de culpar a todos los hombres vivos por algunos que se habían equivocado, para llegar a mí.

Me tomó entregar mi corazón, alma y cuerpo a Dios, para llegar a mí.

Me tomó aceptar que la intuición es real para llegar a mí. Me costó dejar ir la necesidad de competir con otra mujer por la atención de un hombre, para llegar a mí.

Me tomó comprender el poder del perdón para llegar a mí.


Me tomó aceptar que la salud en las relaciones es atractiva para llegar a mí.